Aunque la desigualdad y discriminación de género afectan a todas las mujeres en Venezuela, aquellas en los estratos socioeconómicos más bajos enfrentan las consecuencias de manera mucho más aguda. Estas mujeres no solo resisten ante enormes desafíos, sino que también demuestran una profunda resiliencia en un contexto que exacerba las dificultades que ya enfrentan.
Parte de esa realidad se plasma en el informe Mujeres que resisten: el alto precio de la desigualdad, edición 2024. Este esfuerzo de la Red de Mujeres Constructoras de Paz muestra cómo esta afectación diferenciada se presenta en las principales áreas que impactan a las mujeres: la salud, la educación y el liderazgo político y comunitario.
Para este análisis, se encuestó a 1.281 mujeres de diferentes edades y realidades económicas, en 17 estados del país (Anzoátegui, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Delta Amacuro, Distrito Capital, La Guaira, Lara, Mérida, Miranda, Portuguesa, Sucre, Táchira, Yaracuy y Zulia). Sus respuestas complementaron los hallazgos con experiencias e información generada por otras organizaciones que tienen varios años trabajando en hacer incidencia por y para las mujeres del país.
La salud sexual y reproductiva en crisis
Uno de los aspectos centrales es la grave situación en materia de salud sexual y reproductiva. El 40 % de las mujeres menstruantes reporta no utilizar métodos anticonceptivos, una cifra alarmante que muestra el riesgo latente a embarazos no intencionados que, a su vez, perpetúa ciclos de pobreza y desigualdad.
El informe da cuenta de que 1 de cada 3 mujeres (34 %) se ha ausentado de sus labores por razones relacionadas con la menstruación, siendo el dolor la principal causa, seguida por la falta de productos de gestión menstrual y de acceso a agua limpia.
Otro de los hallazgos más preocupantes es el alto índice de violencia obstétrica. 53 % de las mujeres que han dado a luz en Venezuela reporta haber sufrido algún tipo de violencia durante su parto, un porcentaje que aumenta al 60 % en las mujeres de estratos más bajos. Estas mujeres enfrentan maltratos, negligencias y violaciones a su autonomía en uno de los momentos más vulnerables de sus vidas. El sistema de salud público no cuenta con los recursos suficientes para garantizar partos seguros y dignos, lo que incrementa las probabilidades de violencia obstétrica en las mujeres más pobres.
Esta forma de violencia, que ocurre en un entorno que debería ser de protección, es invisibilizada en gran parte de la sociedad venezolana, a pesar de las leyes que reconocen su existencia y la prohíben.
Revela el informe que son también las mujeres de menos recursos quienes más prejuicios y estereotipos sexistas sostienen, lo que se explica por la falta de acceso a educación y también por las desiguales responsabilidades que tienen en el hogar.
Las tareas de cuidado no remunerado, el gran bastión de la desigualdad
Las diferencias entre la cantidad de horas que le dedican hombres y mujeres a las tareas de cuidado del hogar y crianza aumentan notablemente cuando se trata de hogares de estratos más bajos. El estudio hace mención destacada a la participación política y comunitaria de las mujeres venezolanas. A pesar de que el 94 % considera necesario un cambio político en Venezuela, las de estratos socioeconómicos bajos enfrentan mayores barreras para su participación activa. Solo el 25 % está involucrada en actividades políticas o comunitarias, en comparación con el 35 % de las mujeres de clases más altas.
Las dificultades económicas, la falta de acceso a educación y la limitada representación política son algunos de los obstáculos que dificultan su participación. Además, el 21 % de las mujeres de estos estratos expresó temor a represalias por votar libremente, lo que refleja un entorno de coacción y vulnerabilidad que afecta directamente su capacidad para influir en los procesos democráticos.
La encuesta revela que, aunque el 99 % de las niñas y adolescentes en Venezuela están inscritas en el sistema educativo, solo 58 % asiste diariamente a clases, una cifra que es aún más baja en los estratos socioeconómicos más bajos, donde la asistencia diaria se reduce al 47 %.
Factores como la falta de maestros, la suspensión de clases y la inseguridad económica continúan afectando el acceso a una educación de calidad. Tal y como mencionamos en el informe pasado, con este trabajo no queremos limitarnos a documentar la situación actual, sino también concienciar sobre la necesidad urgente de tomar medidas que brinden apoyo y oportunidades a las mujeres en Venezuela reconociendo las diferentes condiciones que sufren aquellas con menos recursos y cuán importantes son para la reconstrucción del país.
La Red de Mujeres Constructoras de Paz es una alianza entre líderes comunitarias, activistas y periodistas de Venezuela, que tiene como objetivo aportar registros y contenidos para el reconocimiento y la visibilización de la desigualdad de género, y también en la sensibilización sobre temas fundamentales relativos a las mujeres.