Entre enero y julio de 2024, se registraron un total de 108 femicidios en Venezuela, con 14 de ellos reportados solo en ese último mes. El más reciente informe de la ONG Utopix sobre este tipo de delitos revela cifras alarmantes de violencia contra las mujeres. Se estima que, en los primeros siete meses del año en curso, cada 47 horas se cometió un crimen que acabó con la vida de una venezolana dentro de su país.
Además, cada 36 horas se cometió un posible femicidio frustrado durante ese mismo lapso. Mientras que el año anterior, se contabilizaba uno cada 38 horas. Resulta más que preocupante esa tendencia en aumento con cada año que pasa. En 2023, el Monitor de femicidios de Utopix documentó 206 muertes asociadas a esta clasificación de crímenes contra las mujeres.
Estos indicadores reflejan que a la emergencia humanitaria compleja que se vive el país desde hace varios años hay que sumarle una crisis en torno a la violencia de género. Sin mencionar la alta tasa de impunidad en los casos que se denuncian ante las autoridades y el subregistro de víctimas a quienes la justicia no alcanza.
Un problema estructural desatendido por el Estado
Estas 108 mujeres asesinadas entre enero y julio de 2024 representan vidas truncadas por falta de protección efectiva por parte de las instituciones del Estado venezolano.
A pesar de que existe una Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la realidad demuestra que no se aplica. Los mecanismos de protección, como medidas cautelares o la persecución y detención de los agresores, fallan al no poder garantizar la seguridad de las víctimas.
En el informe de estos primeros siete meses del año, publicado en la página web de Utopix bajo la autoría de Aimeé Zambrano, se destaca que estas cifras no solo representan muertes violentas, sino que evidencian un problema estructural más amplio. Y que está vinculado a la violencia machista y a un sistema judicial que no actúa con la celeridad ni la sensibilidad necesarias para abordar estos casos.
Distribución geográfica y patrones identificados
El registro de los femicidios no se limita a un contexto específico, ya que se extiende por todo el país y afecta a mujeres de diversas edades, niveles socioeconómicos y realidades sociales, según muestra el informe. Sin embargo, queda claro que la crisis económica y social que vive Venezuela ha exacerbado la vulnerabilidad de las mujeres, quienes enfrentan mayores riesgos en contextos de pobreza, migración y falta de acceso a servicios básicos. Un total de 16 venezolanas fueron asesinadas fuera de su país de origen.
Respecto a los 14 casos domésticos reportados en julio de 2024, entre 16 y 35 años osciló el rango de edad de la mayoría de las víctimas. También hubo un aumento de casos entre mujeres de 51 a 55 años. Armas de fuego, armas blancas y la provocación de asfixia mecánica fueron los métodos más usados para acabar con la vida de estas venezolanas. Cinco de ellas eran madres. Y una docena de niños, niñas y adolescentes quedaron en orfandad.
La impunidad como agravante de los femicidios
Del total de estos casos, seis de los cuerpos de las víctimas fueron abandonados en la vía pública. Además, dos mostraron signos de tortura y uno de mutilación. Otro fue escondido en una maleta. El estado con el mayor número de femicidios consumados es Miranda, con cinco. Mientras que se registró uno por entidad en Distrito Capital, Aragua, Yaracuy, Monagas, Anzoátegui, Carabobo, Trujillo, Portuguesa y Apure.
Uno de los aspectos que resalta el informe de Utopix es la impunidad que rodea a estos crímenes. A pesar de la existencia de leyes para la protección de las mujeres, muchas de las denuncias de violencia de género no se atienden adecuadamente, lo que deja a las víctimas desprotegidas.
En muchos casos, las órdenes de alejamiento no son cumplidas por los agresores, y las autoridades no responden con la urgencia requerida para evitar que las situaciones de violencia escalen hasta convertirse en femicidios.
Por ejemplo, Utopix refiere que de 17 femicidas identificados, diez están detenidos; uno está fugado y dos se suicidaron tras cometer los crímenes. En cuatro casos no hay información sobre el status de los responsables de estas muertes.
La falta de formación en género y derechos humanos entre los cuerpos policiales y judiciales también agrava la situación. Las mujeres que denuncian violencia no siempre encuentran un trato respetuoso o eficiente por parte de las instituciones, lo que desalienta a muchas víctimas a buscar ayuda.
La invisibilización de las víctimas en Venezuela
Aunque los medios de comunicación reportan algunos casos, muchas veces la cobertura se limita a lo sensacionalista y no aborda las causas profundas de la violencia. Utopix ha estado trabajando para visibilizar estas problemáticas, no solo a través de sus informes, sino también mediante campañas de concienciación que buscan cambiar la narrativa sobre la violencia contra las mujeres en el país.
La ONG también ha enfatizado la necesidad de una mayor cobertura mediática responsable que no revictimice a las mujeres ni perpetúe estereotipos de género. En lugar de centrarse en detalles amarillistas, se requiere un enfoque que denuncie la inacción de las instituciones y la falta de políticas efectivas para protegerlas.
Es imprescindible que el Estado venezolano, en conjunto con organizaciones de la sociedad civil, tome medidas urgentes y efectivas para proteger a las mujeres. Además, los medios de comunicación deben jugar un papel más activo en la visibilización de esta problemática, más enfocados en las causas estructurales de la violencia de género.
Nota original e informe disponibles en Utopix – Monitor de Femicidios: Constructoras de Paz en Venezuela. Información republicada con autorización de su autora, Aimeé Zambrano, en Redsonadoras.com.