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Activismo feminista y marca personal con perspectiva de género en el mundo digital

Cómo hablar sobre temas urgentes como la reivindicación de los derechos de las mujeres y de qué manera generar la rentabilización de este contenido para alimentar una marca personal con perspectiva de género. La activista digital Carolina Benítez y la creadora de contenido Carla Michelle Aponte, compartieron sus aprendizajes y experiencias para crear comunidades alrededor de estos temas

Benítez, quien es activista digital en la organización feminista Somos Jacarandas, en Colombia, explicó que en esta área se manejan tres frentes: la desinformación, en primer lugar; seguida de la movilización social y, posteriormente vendrá la labor como agentes de cambio, a través de una estrategia comunicacional que despierte distintas opiniones y perspectivas en las personas.

“Es importante preguntarse: De lo que estoy hablando… ¿Lo entendería mi tía en WhatsApp? No es lo mismo hablar de patriarcado que englobarlo en la palabra machismo (que) ella si va a entender, es conectar directo con la gente, pensar en masivo”, comentó. 

Tras referirse a la importancia de la masificación de la información, la activista instó a les participantes a reflexionar sobre la motivación implícita en este contenido: “¿Cuál es el llamado a la acción? Construir estrategias sociales y legales para solidificar ese cambio que buscamos con el contenido feminista”. 

La fórmula para mantener un enfoque de género con engagement

Las recomendaciones de Benítez para comenzar a crear contenido con enfoque de género en redes sociales incluyen: 

  • Medir la interacción del contenido: Qué funciona y qué no  
  • Apostar por otros formatos distintos a una sola imagen estática, como videos o carruseles. 
  • El tiempo mínimo para captar atención en redes sociales es de cinco segundos: hay que publicar algo llamativo. 
  • Evita comprometer tu perspectiva de derechos humanos y feminista ante un hecho sobre el que no te sientas cómoda argumentando.
  • Descarta tomar el “hate” (comentarios de odio) como algo personal: hay que aprender a “surfear la ola” con ellos. 

La ponente enfatizó cómo estas acciones reflejan que el trabajo de activismo en línea radica en la creación de una estrategia comunicacional para lograr conexión con el público objetivo. Una meta que se alcanza al crear contenido que pueda llegar a multitudes, movilizar a todos los consumidores usando recursos, lenguaje y tendencias vigentes para que los mensajes tengan el alcance esperado. 

Llevar una marca personal con perspectiva feminista es posible 

Carla Michelle Aponte, psicóloga clínica y activista de diversidad corporal, habló sobre lo fundamental que es cómo va a ser la personalidad de la marca y qué es lo se quiere comunicar antes de comenzar a crear contenido. Así se asegura el éxito en la producción de esos contenidos orientados según lo que se busca alcanzar.

“Debes ser auténtica en lo que quieres transmitir y antes de dar el primer paso pregúntate: ¿Quién soy?, ¿Cuál es mi propósito y deseo?, ¿A quién le quiero hablar?, ¿Cómo le quiero inspirar?, (¿De qué forma vamos a) conectar?, ¿Cómo me siento con la exposición?”, precisó. 

“Explora distintos formatos, hazle el juego a la plataforma, y busca la manera de monetizar. Hay muchas formas que puedes aprovechar, no solo mostrando el producto de una marca, también puede ser una historia de vida que incluya ese producto o servicio. De allí sacarás provecho para remunerar tu marca personal. Siempre piensa en tu comodidad, (tus) fortalezas. Hazlo un espacio divertido”, dijo Aponte.

La también creadora de contenido con perspectiva feminista exhortó a dejar de limitarse por mitos sobre la marca personal, como que es que solo es para famosos o gente dedicada al marketing. Este puede ser es un espacio para que resalten las habilidades de cada persona. “Nos da poder sobre lo que deseo compartir y el enfoque que quiero darle a mi contenido”, expresó.

Cómo convertirse en amplificadoras

Entre los beneficios de crear una marca personal, Carla Michelle Aponte enumera: 

  • Posibilidad de destacarse entre millones de personas con una mirada particular.
  • Visibilidad para obtener buenas oportunidades profesionales.
  • Convertirse en una influencia positiva en grupos numerosos. 
  • Impactar de manera constructiva en distintos ámbitos sociales. 
  • Validación de las ideas propias a través de la producción de contenido.

La psicóloga clínica ofreció, además, varias claves para quienes se sientan estancados con la creatividad a la hora de diseñar la estrategia para su marca personal. Reutilizar el contenido hecho y sacar piezas de distintos formatos; contar una historia o experiencia profesional; colaborar con otros espacios o profesionales; reflejar cómo tus ideas y principios forman parte de tu estilo de vida; y, por último pero no menos importante, sin salud mental no se construye una marca personal.   

Benítez y Aponte instaron a las participantes a usar todas estas herramientas para hacer sostenibles los contenidos que produzcan ya sea para su marca personal o para crear contenido con perspectiva feminista. 
Las panelistas Carolina Benítez y Carla Michelle Aponte, reafirmaron que salieron de su zona de confort para comunicar con perspectiva de género y crear contenido feminista tomando en cuenta sus realidades.

El panel “Creación de contenido con perspectiva feminista” fue parte de la sexta sesión del Semillero Violeta, organizado por la Red de Periodistas Venezolanas (RDPV), como parte de una serie de encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas comparten sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Puedes leer la nota sobre la quinta sesión aquí. Y te invitamos a seguirnos en Instagram y Facebook.

Mujeres más que víctimas - Gabriel Rojas

Más que víctimas: Pautas para una agenda diversificada sobre las mujeres en los medios

En Venezuela, un país con una ley que tipifica 21 tipos de violencia contra la mujer, es fácil sucumbir al relato de la “mujer víctima”. Lejos de ser una forma asertiva de visibilizar los problemas que, de forma diferenciada, afectan a niñas, adolescentes y mujeres, estas prácticas mantienen la balanza de poder desequilibrada: “ellas son débiles y vulnerables”. 

¿Cómo romper este esquema? Gabriela Rojas, profesora universitaria y directora de Sustentabilidad del Diario Tal Cual, expuso que la clave es llevar la cotidianidad a la agenda periodística.

Durante su ponencia mostró datos de un estudio global de monitoreos de medios en el que se muestra el posicionamiento de los temas en los que se mencionan a las mujeres. Destacó que cuando aparecen reseñadas las mujeres se trata de historias de violencia sexual, femicidios o en las que se les muestra en una situación de vulnerabilidad

“La mayoría de todas las historias que tienen enfoque de género se van por esa línea y muchas están asociadas a los sucesos (periodísticos). Por eso, tenemos que entrenar el músculo para llevar a pauta esos preconceptos que tenemos en la sociedad, que vivimos día a día. Esas violencias cotidianas”, dijo la fundadora y editora del impreso comunitario Entérate, quien propone un camino, un conjunto de pautas para sacar la cobertura con perspectiva de género de la sección de sucesos en los medios.

Pauta 1: ¿Cuántas mujeres son culpables?

“La culpa es de la mujer”. Es una de las primeras violencias cotidianas en el periodismo. “En casi todas las notas periodísticas las mujeres siempre son responsables de algo. Por estar presentes en el hecho o por no estarlo. Si es un caso de maltrato, es porque la madre no estaba. Si ella fue agredida, la pregunta automática es ‘¿por qué fue para allá?’. Es decir, hay una vulnerabilidad previa a cualquier hecho”, apunta la especialista.

Esta cotidianidad puede ser registrada periodísticamente. Para ellos, propuso monitorear la cuenta en redes sociales del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), durante un periodo preciso y cuantificar los casos en los que las mujeres aparecen reseñadas como responsables de un hecho violento.

Pauta 2: Calificativos normalizados

Rojas le quitó el velo a calificativos como “niña brincona”, “mala madre”, “mujer de la mala vida” que suelen ser utilizados con frecuencia en medios. 

Recordó que en el empleo de estos términos existe una violencia oculta detrás de los apodos: hay posiblemente una adolescente de 17 años expuesta, quizás, a explotación sexual. Tal vez una madre soltera con varios trabajos que lidia con la crianza en solitario, o una mujer sometida a la trata de personas.

Pauta 3: La expectativa dual

La también profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) destacó una realidad que abruma a las mujeres: ser madre trabajadora. Para ella, esto puede convertirse en una forma de violencia, como cuando se le juzga a la mujer por “trabajar demasiado” y “abandonar a sus hijos”. O, por el contrario, “ser una mantenida”. 

En ambos casos, ofreció una oportunidad de cobertura en la que se pueda calcular el ingreso económico que aporta una mujer a una familia, en cualquiera de los roles: ama de casa o empleada.

“No hay un ejemplo más claro de que vivimos en una estructura de desigualdad y de asimetría como la frase ‘ese hombre ayuda en la casa’. Se nos olvida que planchar, lavar y cocinar son parte de la vida adulta y que además son parte de las labores de cuidado que se le asignan a las mujeres, sin remuneración. Hay cálculos hechos por organizaciones y cada vez tenemos más acceso a data, sobre cuánto aporta o cuánto le resta al Producto Interno Bruto (PIB) de un país las economías de cuidado”, afirmó.

Pauta 4: El tabú del cuerpo

En el tema de la despenalización del aborto, la editora quiso poner el foco en aspectos asociados olvidados: mortalidad materna y sexualidad femenina. “Me encantaría, por ejemplo, hacerle seguimiento a las clásicas ‘tías solteronas’, que realmente lo que son unas cuidadoras eternas. 

“¿Por qué dejaron su vida de lado para cuidar a alguien? ¡Qué interesante sería que viéramos esos procesos generacionales y mostrar cómo hay mujeres que paralizaron todos sus procesos de vida! Vamos a entrevistar a mujeres de 60 años o 70 años y revisar cómo vivieron su vida sexual, porque son ahora más libres, se sienten más liberadas de tabúes, veamos cómo vivieron su sexualidad, qué aprendieron, qué aconsejan”, exhorta Rojas.

Deporte, economía y política: tres fuentes con potencial

Por su experiencia gerencial en dos medios de comunicación, la periodista afirma que el deporte, la economía y la política tienen un gran potencial para el periodismo con enfoque de género, listo para explotar. Para ella, estas fuentes están relacionadas con factores de poder, por lo que suele incomodar aún más la visibilidad de la mujer.

En el caso de la cobertura de las mujeres en la política, una clave que ofreció fue abstenerse de disminuir la trayectoria de las dirigentes al usar solo su nombre de pila: “No son nuestras amigas, ni vecinas. Usemos su nombre y apellido, porque eso marca una diferencia. Llamarlas solo por su nombre banaliza su liderazgo y hacer ver que son muchachitas jugando a la política. No es Hillary, no es ‘Maricori’, no es Cristina. Son Hillary Clinton, María Corina Machado, Cristina Kirchner”, dijo Rojas.

Ejemplos de historias sin sesgos sexistas sobre mujeres

Una apuesta temática ejemplar, según la editora de Entérate, fue la realizada por DW en español sobre la vida profesional de Ángela Merkel después de ser canciller de Alemania. En el texto se destacan sus capacidades como negociadora y visibilizan su rol en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Rojas también mostró cómo las mujeres pueden ser el centro de respuestas de la audiencia con el medio El País sobre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo de España, Yolanda Díaz. El medio abrió el debate a sus lectores quienes interrogaron a la funcionaria y pudieron aclarar polémicas sobre la reforma de trabajo que se instauró en ese país en 2022.

“Creo que es importante que le prestemos atención a cómo esta cobertura en esas tres fuentes nos va a permitir sacar los temas con enfoque de género y a las mujeres, especialmente, de la fuente de sucesos… (Así como) de que la cobertura (sobre ellas) esté relacionada solo con temas de violencias”, resaltó la editora.

El taller “Violencia de género: mirar más allá de los feminicidios” fue parte de la quinta sesión del Semillero Violeta, organizado por la Red de Periodistas Venezolanas (RDPV), como parte de una serie de encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas comparten sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Puedes leer la nota sobre la cuarta sesión aquí. Y te invitamos a seguirnos en Instagram y Facebook.

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De la idea al proyecto: Así se ejecuta y financia una investigación periodística

Contar con absoluta claridad en sus parámetros y estructura, desde su concepción, se sientan las bases del éxito al liderar un proyecto periodístico. Y este objetivo debe ser alcanzable para cualquier idea que se quiera desarrollar, ya que no abundan las plataformas dónde mostrar esos contenidos o publicaciones. Así se puede asegurar que una vez te abren la puerta, puedes tener más oportunidades de visibilizar las historias que te interesan.

Johanna Osorio Herrera, periodista de investigación con experiencia en numerosos proyectos colaborativos, compartió su hoja de ruta para organizar, producir y hacer atractivas propuestas periodísticas con el propósito de hacerlas autosustentables. Conseguir financiamiento para contar lo que queremos puede ser complejo, pero no imposible.

Una investigación periodística formulada paso a paso

La definición de la hipótesis, en el caso de una investigación, o del tema, en el caso de un trabajo de otra naturaleza, “serán la piedra angular para lo que se va a desarrollar en el camino de la ejecución del proyecto”, precisó. Igualmente vital para llevar adelante este proceso con solvencia es saber “qué es lo que queremos contar y por qué esto es importante”, detalló la también integrante del ConnectasHub.

Revisar la matriz de investigación, que incluye identificar antecedentes; realizar un arqueo hemerográfico para saber qué se ha publicado y qué no al respecto, para encontrar un enfoque novedoso. Osorio Herrera sugiere tener un “plan b” sobre el tema, en caso de que el ángulo inicial no se puede respaldar o completar como se esperaba al hacer prerreportería. 

Otros pasos a seguir son la confirmación de que la temática es de interés colectivo, para justificar por qué es relevante este tema o enfoque a desarrollar. Seguido del listado de fuentes vivas, bibliográficas y en la cual se desarrolla la historia, completando así la matriz de la investigación periodística.

En un calendario, la también cronista recomienda agendar el rango de tiempo de la búsqueda de datos, incluyendo todo el proceso creativo, precisar la ubicación geográfica, además de revisar constantemente los datos obtenidos a medida que avanza el cronograma, como parte del diseño de la metodología de trabajo que se va a implementará y con la que hay que ser disciplinadas.

Precisar indicadores y prepararse para enfrentar dificultades

Al recopilar los datos y/o las historias, también se debe considerar el espacio para que las ideas iniciales vayan “mutando”, haciéndose más fuertes o débiles dependiendo del caso. De igual manera, se valoran los indicadores que son valiosos y se descartan los que no; se suman y/o se restan referencias o publicaciones. 

No obstante, por más que se planifique y ejecute con rigor el desarrollo de estas actividades, en cualquier proyecto también pueden surgir obstáculos que retrasan o demandan adelantar la entrega final. Para sobrevivir a estas variables, la especialista en periodismo de datos y DDHH recomendó mantenerse atentas y ser minuciosas.

Además de comentar con detalle los aprendizajes obtenidos en varias de sus experiencias adelantando proyectos de investigación, Osorio Herrera compartió con las participantes del taller “De la idea al proyecto” su caja de herramientas reporteriles para facilitar el camino del periodismo independiente.

Este kit incluye guías bibliográficas de cómo crear un proyecto colaborativo, enlaces y textos de utilidad. Así como un ejemplo de un cronograma, con ítems desglosados, para mantener la organización de la investigación. 

Una investigación periodística no puede costarnos la salud mental

Johanna Osorio Herrera enfatizó la importancia de cuidar el equilibrio físicoemocional y el bienestar personal como periodistas cuando se forma parte de un proyecto investigativo, sin priorizar cuánto se gane monetariamente por hacer esta labor. “Ningún proyecto periodístico vale la salud mental de nadie”, resaltó.

Posteriormente, se refirió a uno de los pasos cruciales a seguir una vez que se tiene el esquema completo del proyecto. Tocar las puertas o buzones de entrada a colaboradores con posibilidades para darnos financiamiento

“No se casen solo con la idea que los únicos que pueden financiar periodismo son los medios o redes de periodismo”, recomendó la investigadora. También se deben tener en cuenta otras instancias, como embajadas de distintos países o donantes de empresas privadas.

“El periodismo nos apasiona mucho, queremos hacer esto porque nos gusta servir a la sociedad, pero necesitamos dinero: esto es un trabajo”, indicó Osorio Herrera. 

Sobre cómo captar la atención de posibles financistas u optar a becas pagadas en diversas instituciones, hay aspectos claves que se deben cuidar. Destacar en la creatividad, la responsabilidad y la forma de mostrar cómo se desarrollará el proyecto son fundamentales. Asimismo, cómo impactará al público objetivo durante y posterior a la ejecución de la investigación periodística, más allá de informar a la población, es crucial para conseguir el “sí” de quienes nos aportarán los fondos. 

El taller “De la idea al proyecto” fue parte de la cuarta sesión del Semillero Violeta, organizado por la Red de Periodistas Venezolanas (RDPV), como parte de una serie de encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas comparten sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Puedes leer la nota sobre la tercera sesión aquí. Y te invitamos a seguirnos en Instagram y Facebook.

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La Red en Caracas: un encuentro significativo y amoroso

(Octubre, 2023) Miembras de la Red de Periodistas Venezolanas, coincidieron en el sector Los Palos Grandes, en Caracas, para un emocionante encuentro que nos unió en un ambiente lleno de sororidad, actividades edificantes y, por supuesto, tequeños y cervezas. 

Desde la residencia de Gaby Mesones Rojo, ver como se llenaba la sala de periodistas y comunicadoras fue emocionante. Escuchar que tenían tiempo sin verse, sin saludarse o que era esa la primera vez que se abrazaban en persona, fue también emotivo. 

Aunque más 200 mujeres formaban parte del registro de la Red para esta fecha, tener en vivo a dos decenas bastó para fortalecer esos lazos. Fue un encuentro espontáneo de la Red en Caracas. La idea de la juntada provino de una de las impulsoras de la red, María Laura Chang, quien luego de largos años fuera del país, regresaba fugazmente. Luego, junto a la equipa, se ideó un plan que además implicaba actividades manuales.

La palabra “Red” viene del latín rete, retis, que significa malla de hilo para pescar. El hilo fue también protagonista de este encuentro. Pasó a ser la herramienta usada por la facilitadora Mima Cortez en esa dinámica de entramados feministas. 

Una vez todas reunidas, María Laura narró su experiencia profesional en la charla titulada: “La importancia de estar en red“. Compartió cómo las redes han transformado su perspectiva del periodismo, fortaleciendo sus habilidades y conocimientos profesionales, hasta lograr darle un sentido a su trabajo. 

Además, la impulsora organizó una dinámica que fomentó la conexión entre las participantes presentes: mostrándoles cuán importante es seguir el trabajo de las otras.  Así se refleja que ser parte de una red significa apoyarse las unas con las otras. Para completar su mensaje, Chang distribuyó libretas y kits para el cuidado de la piel, destacando que no solo el trabajo es importante para las periodistas; también lo es el autocuidado.

Mima Cortez, diseñadora de la Red, fue la encargada de dirigir la dinámica “Acompañadas y abrazadas: bordemos juntas“. Antes de juntar a “La Red en Caracas”, la creativa pidió a las participantes que enviaran una fotografía de cuando eran niñas. Durante esta actividad, cada participante bordó con hilos de colores una imagen de su infancia. Este ejercicio no solo permitió que cada una reflexionara sobre su vulnerabilidad, sino que también brindó la oportunidad de sanar heridas con el arte, y hacerlo junto a otras, como red.

Este evento espontáneo concretó su objetivo al crear un espacio de (re)encuentro, acompañamiento, escucha y, sobre todo, amor. Desde el equipo impulsor de la Red de Periodistas Venezolanas agradecemos a todas las que asistieron y esperamos que esta experiencia refuerce aún más nuestros vínculos como mujeres y periodistas.

Investigar violencia feminicida María Salguero

Claves para investigar la violencia feminicida con responsabilidad y enfoque de género

Cuando en un medio piden cubrir la muerte violenta de una mujer, lo primero a considerar es empezar la investigación sin criminalizar a la víctima, es decir, evitar juicios de valor sobre sus conductas o su comportamiento anteriores. Se debe romper con la carga cultural y social que responsabiliza a la víctima por lo que le pasó con comentarios como: “algo haría”, “ella se lo buscó”, “quién la manda a andar vestida así” o “quizá ella lo provocó”.

Para la investigadora y especialista en feminicidios y violencia armada, María Salguero, indagar y analizar el asesinato de una mujer desde una perspectiva de género permitirá “examinar el hecho como un crimen de odio, cuyas raíces se cimientan en las condiciones históricas generadas por las prácticas sociales; justamente, los patrones socioculturales nos han puesto en una situación de subordinación ante los hombres”.

Es fundamental también reconocer si a través de este acto violento se busca mantener ciertos estereotipos culturales asociados a las mujeres, como su subordinación o debilidad. Además, es importante identificar si existen manifestaciones misóginas, como el desprecio hacia la mujer o su vida, así como la discriminación por razones de género. Estos elementos buscan hacer creer al agresor que tiene el poder para castigarla y, en última instancia, decidir sobre su vida.

La también científica de datos sugirió a las comunicadoras abordar los asesinatos de las mujeres no como un hecho aislado, sino como parte de una violencia sistemática, de género, de allí la importancia de deconstruir los patrones socio-culturales que atentan contra la mujer. 

“Los feminicidios no deben ser vistos como casos aislados o esporádicos de violencia machista”, recalcó. Asimismo precisó que, especialmente, cuando ocurren en el ámbito privado, son el último eslabón de una cadena de violencias perpetradas por razones de género. 

Una forma de violencia sistémica

Según el Modelo de Protocolo Latinoamericano de Investigación de las Muertes Violentas de Mujeres por Razones de Género, “la muerte por razones de género, que sea en el ámbito público o privado, es una de las manifestaciones de violencia contra la mujer en la que se observa la interrelación entre las normas culturales y el uso de la violencia en la subordinación de la mujer”.

Salguero resaltó que este tipo de investigación requiere de la debida diligencia de las instituciones del Estado. “Por desgracia, el problema que tienen en Venezuela es que no cuentan con datos oficiales”, dijo. 

Otra de las sugerencias de la especialista es ir más allá de posibles líneas de investigación que se centran en planteamientos individuales, naturalizados o en patologías.

También invitó a desterrar la práctica de presentar a los agresores como “locos”, “fuera de control” o “celosos”, o a concebir estas muertes como el resultado de “crímenes pasionales”, “asuntos de cama” o “líos de faldas”. 

“Debe saberse que esta es una violencia sistémica”, reiteró. “Nosotras, las feministas, tenemos un dicho: son hijos sanos del patriarcado quienes asesinan a las mujeres”, dijo durante su ponencia. 

La experta recomendó a quienes investigan prestar atención a los casos de suicidio de mujeres, porque puede tratarse de una “inducción al suicidio”. Por lo tanto, es importante tener presente que poner fin a la vida puede ser consecuencia de una violencia previa que viene sufriendo la mujer. También hay que considerar que en algunos casos se busca ocultar el femicidio al presentarlo como suicidio o muerte accidental. 

Y esto puede ser el argumento de los cuerpos policiales para continuar la investigación sobre las verdaderas causas de la muerte violenta. Ante esto, se debe acreditar cuando el motivo es “por odio o desprecio a la condición de mujer”, destacó Salguero. 

Tipologías de los feminicidios

La investigadora advirtió que, si bien no toda muerte violenta de una mujer es un feminicidio, sí es necesario estar atenta a las circunstancias en que esta ocurre para activar las alarmas. Hasta en el caso de las “muertes accidentales”. 

Además, indicó que el campo de investigación es bastante amplio. Describió entre sus tipos: feminicidio íntimo (cometido por alguien conocido, pareja o expareja); feminicidio no íntimo (cometido por un desconocido); feminicidio infantil o familiar, por conexión; feminicidio sexual; femicidio por prostitución o profesiones estigmatizadas como camareras, masajistas, bailarinas, entre otras.

También señaló el feminicidio por trata, feminicidio por tráfico (ocurrido contra migrantes) y el feminicidio transfóbico (cometido contra una mujer trans). Mencionó el feminicidio lesbofóbico (cuando una mujer lesbiana es asesinada por su orientación sexual) y el feminicidio racista (odio o rechazo a su origen étnico). Cerró con el feminicidio por mutilación genital femenina, ocurrido durante esta práctica.

La científica de datos explicó que Naciones Unidas clasifica las muertes violentas de mujeres por razones de género en dos categorías: activas o directas y pasivas o indirectas. 

En cuanto a las tipologías, señaló que tienen que ver con los tipos de violencias, es decir, como la violencia física, psicológica, verbal, patrimonial, económica, institucional, obstétrica, entre otras. Mientras que las modalidades se relacionan con el ámbito, sea público o privado. 

“Saber en qué ámbito ocurre la violencia es importante, especialmente, si se quiere trabajar en la prevención”, explica. Se entiende como ámbito público, los ambientes como el escolar, laboral y/o comunitario. 

Sobre el término “femicidio”

Durante su disertación, Salguero realizó un repaso teórico en torno a los términos “feminicidio” y “femicidio”, lo cual “es prácticamente lo mismo”, dijo. “El asesinato misógino de mujeres”, es decir, por razones de género. 

En cuánto al término femicidio, el primer uso jurídico de la palabra se dio en el Tribunal Internacional sobre Crímenes contra Mujeres, en Bruselas, en 1976. La definición de femicidio se formuló de manera colectiva, impulsada por la activista y escritora feminista sudafricana, Diana Russell. 

“Sin embargo, esta definición se consolidó cuando Russell publicó el libro ‘Femicide: The Politics of Women Killing’ en 1990, donde definió el concepto como el “asesinato misógino de mujeres perpetrado por hombres”, indicó la especialista. 

El término feminicidio, acuñado por la antropóloga mexicana, Marcela Lagarde, quien lo definió en 2005 “como el acto de matar a una mujer solo por el hecho de su pertenencia al sexo femenino, pero Lagarde le dio un significado político. El propósito de esto es señalar la falta de respuesta del Estado en estos casos y su incumplimiento de las obligaciones internacionales, como la responsabilidad de investigar y sancionar”, detalla Salguero. 

Y sobre el “feminicidio”

Por esta razón, continúa Salguero, Lagarde considera el feminicidio como un crimen cometido por el Estado. “Es una violación del Estado de derecho que conduce a la impunidad”. Dentro de este concepto se incluyen los hechos que caracterizan los crímenes y desapariciones de niñas y mujeres cuando las autoridades no toman medidas adecuadas, como la omisión, la inercia, el silencio o la falta de acción para prevenir y erradicar estos delitos.

Entretanto, el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (CEVI/Mesecvi), que es el marco normativo internacional que ha permitido a los países de la región homologar sus leyes conforme a esta convención, emplea el término femicidio. Lo define como: “la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión”.

Para Salguero estas definiciones, feminicidio o femicidio, deben evolucionar para incluir también a mujeres como sujetos perpetradores de violencia, tal y como lo estipula el Modelo de Protocolo Latinoamericano de Investigación de las Muertes Violentas de Mujeres por Razones de Género en el caso de “femicidio íntimo”, el cual se da cuando la pareja sentimental de la víctima es una mujer y es quien comete el crimen siguiendo patrones patriarcales de dominación.

Mapa de feminicidios en México

La también ingeniera en geofísica cuenta con el reconocimiento de ONU Mujeres por ser la primera en crear un mapa de feminicidios en México. Esta es una importante base de datos georreferenciada sobre las mujeres asesinadas con datos precisos que se ha convertido en una herramienta periodística y de investigación. Para septiembre de 2023, se estima que en el país azteca ocurren entre 10 y 11 feminicidios diariamente. 

La ponencia u ponencia “Tipología y modalidades de la violencia feminicida” se presentó en la tercera sesión del Semillero Violeta para la RDPV, como parte de una serie de encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas comparten sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Puedes leer las notas 1 y 2 sobre la segunda sesión. Y te invitamos a seguirnos en Instagram y Facebook.

Julett Pineda, periodismo de datos

Abordar historias de género y diversidad desde el periodismo de datos para cerrar las brechas

(Septiembre, 2023). ¿Cuáles son las historias que estamos dejando de contar porque no existen bases de datos sobre estos hechos o qué situaciones dejamos pasar porque nunca se han recogido cifras al respecto? Con esa premisa inició la periodista de investigación Julett Pineda su ponencia ‘Datos con perspectiva: reportar historias de género y diversidad para cerrar las brechas’. Este espacio forma parte de la segunda sesión del Semillero Violeta, organizado por la Red de Periodistas Venezolanas (RDPV).

En la actualidad persiste un marcado vacío de datos a escala mundial en lo que respecta a las situaciones de género. Esta brecha se manifiesta en la recolección y procesamiento de datos relacionados con las mujeres. Con este panorama, la ponente abrió el debate sobre cómo todavía hay datos que se desconocen porque muchos colectivos son invisibilizados. 

En cuanto a género, a menudo la recolección de datos no se realiza de manera equitativa. Las mujeres, en especial en áreas rurales o comunidades marginadas, pueden quedar subrepresentadas en encuestas y estudios, lo que limita la comprensión precisa de sus necesidades y realidades. De allí que la periodista, que forma parte del equipo de investigación de la Deutsche Welle (DW), destaca la necesidad de visibilizar las realidades de poblaciones con menor representación en los medios de comunicación.

Los sesgos tienen gran parte de esa realidad. En muchos casos, explicó, las encuestas y cuestionarios están formulados sin el interés de abordar las experiencias específicas de las mujeres, subestimando sus desafíos y sus logros. Esto conduce a que muchas realidades queden desdibujadas y que no exista un diseño de políticas políticas adecuadas para abordar estas inequidades. 

Hacer que los datos cuenten una historia

Las disparidades de género se manifiestan porque, incluso cuando se recopilan datos, a menudo no se desagregan por género, lo que hace imposible analizar las desigualdades de manera efectiva. Como una forma de abordar este vacío, la periodista de la cadena alemana de noticias recomienda la sensibilización en la búsqueda periodística.

Para Pineda, ese es el primer paso hacia la relatoría periodística con enfoque de género. Cuando las personas se sumergen en historias que destacan las desigualdades de género, pueden empezar a comprender la magnitud de los problemas. Esto es esencial porque la ausencia de sensibilización contribuye a la perpetuación de las desigualdades. 

“Lo que no se comunica, no existe”, enfatiza. Por eso, las personas no se dan cuenta de la discriminación arraigada en las estructuras sociales y económicas hasta que se les presenta a través de relatos personales. Cuando las historias que resaltan las desigualdades de género y se comparten en plataformas públicas, pueden inspirar conversaciones y movilizar el debate que produzca cambios definitivos para estas poblaciones.

Otro factor importante en cuanto al manejo de datos en el periodismo, resalta la investigadora, es la contextualización de estos números con enfoque de género. En este sentido es vital recordar que los datos por sí solos no cuentan mucho, por lo que es esencial aplicar un contexto para comprender los significados detrás de los números. 

Visibilizar los vacíos informativos y las barreras para la investigación

Asimismo, la situación política puede desempeñar un papel crucial en la falta de datos sobre cuestiones de género, lo que resalta la necesidad de señalar las barreras políticas que obstaculizan la recopilación de datos precisos. Por ejemplo, los datos que indican una brecha de género en el empleo no explican por sí solos por qué esta brecha existe. 

Para comprender completamente esta desigualdad, Pineda señala que es necesario considerar factores como la discriminación de género, los estereotipos, las barreras estructurales y las decisiones políticas que han influido en la realidad laboral de las mujeres.

El control de la información también puede dificultar que las organizaciones y los investigadores independientes reúnan datos fiables sobre las niñas y mujeres. La periodista de datos sostiene que solo a través de una comprensión más contextualizada se puede garantizar un enfoque correcto y diferenciado hacia la igualdad de género.

Agregó que, si bien no se puede suplir el rol del Estado, se pueden llenar vacíos informativos con la ayuda de datos recabados por organizaciones no gubernamentales (ONG) y otros organismos internacionales.

Sensibilizar es el superpoder de las historias

Uno de los objetivos de hacer periodismo de datos es generar conversación para que se produzca un cambio, expresa Pineda. Y uno de los caminos para lograrlo es cuando las mujeres y las niñas ven reflejadas sus propias experiencias en relatos poderosos, se sienten valoradas y menos solas en sus luchas. Esa es la sensibilización a través de las historias.

Otra vía es encontrar inspiración en historias de mujeres que han superado obstáculos similares, lo que puede impulsar su propia resiliencia y determinación. “Al escribir con enfoque de género estamos generando conversación hacia un cambio, aunque parezca insignificante”, dijo la periodista de investigación. 

Esta fue la ponencia complementaria de la segunda sesión del Semillero Violeta para la RDPV, como parte de una serie de encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas comparten sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Te invitamos a seguirnos en Instagram y Facebook.

Periodismo Feminista - Semillero Violeta S2

El viaje de transformación de la práctica periodística hacia la utopía feminista

(Septiembre, 2023). El periodismo en Venezuela atraviesa una etapa de crisis. Las certezas que alguna vez nos ofreció el oficio, como esa idea de exponer “la verdad” y “la objetividad”, y el papel que desempeñaba como servicio público esencial para el sostenimiento de la democracia, se han debilitado. Pese a todo, los momentos de crisis pueden ser fértiles cuando se abren a la revisión crítica de ideas y prácticas. En este sentido, el feminismo puede ser el abono que el periodismo urgentemente necesita. 

Con el propósito de abonar a un futuro más democrático, justo y equitativo (es decir, alcanzar una utopía feminista), en este artículo resumo las discusiones llevadas a cabo en el taller “Cuestionamientos para transformar la práctica periodística hacia la utopía feminista”

Esta formación la compartimos en la segunda sesión del Semillero Violeta, una iniciativa de la Red de Periodistas Venezolanas (RDPV). Su propósito es sembrar capacidades y conocimientos que fortalezcan el ejercicio del periodismo en Venezuela desde una mirada feminista. 

¿Por qué queremos hacer periodismo feminista? 

El periodismo sigue siendo un bastión patriarcal. Esa realidad se evidencia cuando se utilizan términos arcaicos como “crimen pasional” para describir los femicidios. Los mismos que son cometidos por quienes han internalizado el sexismo y la misoginia. Aquellos quienes creen tener derecho sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres, así como de las identidades feminizadas. 

Cuando los logros y las experticias de las mujeres en los deportes, las ciencias o las bellas artes ocupan apenas espacio y relevancia en las páginas de los periódicos es más notorio. Pero también cuando en las salas de redacción, las mujeres periodistas somos blanco de acoso, hostigamiento y sexismo. Básicamente, los medios, día tras día, exponen sus costuras patriarcales, revelando una estructura de poder profundamente desigual. 

Pese a su estatus actual, los medios tienen el potencial de subvertir ese papel. Con la perspectiva adecuada, pueden ser una herramienta para transformar el sistema en favor de la justicia y la democracia.

Para lograr esa perspectiva, entendiendo “perspectiva” como esa posición desde donde miramos el mundo, hay que asumir acuerdos básicos, fundamentalmente éticos, que refieren a modos del hacer y de habitar el mundo. La complejidad de estos acuerdos es que no están escritos en piedra. Por el contrario, nos exigen ser definidos, habitados y constantemente reformulados. 

Creemos que el feminismo, entendiéndolo como teoría, movimiento y praxis, nos proporciona un marco para darle sentido a estos acuerdos. Para nosotras, el feminismo implica movimiento colectivo que crea y es creado. Como ondas en el agua que agitan el status quo y se expanden con la fuerza de la anterior. 

Los medios no solo cuentan la realidad, también la construyen

El periodismo, como discurso cargado de autoridad pública, tiene un gran poder para moldear la forma en que las personas se perciben a sí mismas, interactúan con los demás y habitan sus propios cuerpos. Por ejemplo, el periodismo puede contribuir significativamente a lo que se considera “normal” o “anormal” en términos de género, sexualidad, raza, religión, entre otros aspectos. 

Por algo, el filósofo Michel Foucault argumentaba que “los discursos que llevan la autoridad pública dan forma a las identidades y regulan los cuerpos, los deseos, los individuos y las poblaciones”.

La perspectiva feminista nos ayuda a identificar y develar cuando los discursos están al servicio de la desigualdad y la discriminación. También nos motiva a denunciar los peligros que esos discursos suponen para ciertos grupos de la población. 

Conscientes del poder y la autoridad de los medios para dar forma a las vidas de las personas, como periodistas, no podemos subestimar nuestro impacto en las dinámicas de poder que hay allá fuera. 

Por eso, la perspectiva feminista es fundamental para ser más cuidadosas, más estratégicas, más conscientes, más responsables, más críticas, más audaces con nuestro discurso. Eso, inevitablemente, implica habitar la incomodidad del cuestionamiento constante de nuestros propios sesgos y privilegios. 

El periodismo feminista implica mucho más que repensar la noticia 

Detonar maneras más feministas de pensar nuestro oficio exige mucho más que repensar la agenda periodística para dar visibilidad a ciertos temas o voces. Es elementar cuestionar también las lógicas patriarcales y racistas que dan forma a los espacios, las estructuras y a las dinámicas donde hacemos periodismo. 

Si notamos que hacer periodismo feminista nos resulta fácil, entonces lo estamos haciendo mal. No puede ser fácil desmontar estas estructuras hechas de concreto que han sostenido por siglos las injusticias y las desigualdades. 

El periodismo feminista está situado en un contexto de dominación donde las relaciones de poder son fluidas. Implica preguntarnos dónde estoy posicionada en la jerarquía social y cómo eso influye en lo que comunico. 

A partir de esta revisión sobre dónde estamos situadas en el mundo, es necesario reflexionar sobre cómo nos relacionamos con la persona a la que estamos entrevistando, cómo nos atraviesa su realidad y dónde nos estamos situando en esta historia que queremos contar.

Contestar de manera honesta esas interrogantes a veces nos lleva a preguntarnos, asimismo, si somos las personas correctas para contar dichas historias

Vale la pena preguntarnos qué podemos hacer para transformar las lógicas explotadoras y extractivistas que marcan la relación periodista-fuente en el periodismo tradicional y hegemónico.

Este ejercicio nos permite descubrir y experimentar formas de cocrear y coeditar productos periodísticos con las personas y comunidades que han habitado históricamente en los márgenes de la sociedad. 

La exigencia de una mirada interseccional y política

El periodismo feminista interpela no solo el patriarcado, sino a todos los sistemas de opresión (racismo, clasismo, cisheterosexismo) que existen en la sociedad. Incluso cuando eso implica interpelar al propio feminismo.

Cuando el feminismo no se opone explícitamente al racismo, y cuando el antirracismo no incorpora la oposición al patriarcado, las políticas de raza y género a menudo terminan siendo antagónicas entre sí, y ambos intereses pierden. 

El periodismo feminista implica un posicionamiento político frente a las injusticias de género, raciales, de clase, basadas en la sexualidad o cualquier otro sistema de dominación. Es un periodismo militante. 

Ahora, ¿militar en el feminismo es el equivalente a militar en un partido político? Siendo el feminismo un movimiento social y político que denuncia las discriminaciones que sufren las mujeres, las personas racializadas y las disidencias sexuales en el ejercicio de los derechos humanos, el feminismo trasciende la militancia partidista

El periodismo feminista persigue la justicia social y la democracia bajo la premisa de que las mujeres, las personas racializadas y las disidencias sexuales somos personas y merecemos ser libres, ejercer a plenitud nuestros derechos y ciudadanía y vivir con dignidad. Este posicionamiento político no es neutral porque la “neutralidad” frente a un status quo desigual solo favorece al sistema que sostiene dichas desigualdades. 

Como dice Rita Segato en su libro La guerra contra las mujeres, “contar la realidad desde una perspectiva feminista ayudaría a entender no solo lo que está sucediendo con nosotras las mujeres y con todos los que se colocan en la posición femenina, disidente y contra del patriarcado, sino que también entenderíamos lo que está sucediendo en toda la sociedad”.

El periodismo feminista implica poner la mirada no solo en los problemas, sino también en las alternativas 

El periodismo feminista lucha por disputar sentidos y construir discursos colectivos como forma de resistencia. Pero, además de poner el foco en aquellas historias y realidades que han vivido hasta ahora en las sombras, necesitamos también amplificar las alternativas y las nuevas formas de imaginar el mundo. En esta tarea, el lenguaje es clave. 

Por ejemplo, no podemos ser lo que no vemos. Y si las niñas y las mujeres no tenemos en nuestro imaginario colectivo la posibilidad de que las mujeres podemos ser presidentas, astronautas, expertas en economía o bioquímica, será más difícil soñar en convertirse en ellas. Por eso, es necesario trabajar en el lenguaje para que nos represente a todas las personas. 

Reapropiarnos del lenguaje implica cuestionarnos el masculino genérico como forma de nombrar a todas las personas. Además de nombrar a las mujeres, es necesario también nombrar a las personas que no se reconocen en las categorías binarias de género/sexo y a veces eso implica usar más palabras, lo cual es cierto. 

A veces implica también repensar el modo en que nos nombramos. Sin embargo, es un esfuerzo fundamental y necesario. Por ejemplo, hablar de “mujeres y personas menstruantes”, en lugar de solo mujeres; o nombrar al “personal médico” en lugar de “los médicos”. 

En la tarea de construir futuros alternativos, nos corresponde también contar las historias de liberación tanto como las de opresión. Esta es una perspectiva esclarecedora sobre nuestro feminismo. No queremos solo denunciar la violencia, sino también seguir los procesos de liberación y agencia de las mujeres, las personas racializadas y las disidencias sexuales. 

Desde sus espacios, en el campo, en la ciudad, en el parlamento, en las escuelas, en las comunidades, en los lugares más insospechados, hay personas construyendo proyectos políticos feministas, aunque no lleven ese título. Se están tejiendo redes de solidaridad y lucha; se están fraguando formas autónomas de aglutinarse para alcanzar justicia, defender la tierra y proteger vidas. Y esas historias están ahí afuera, esperando a ser contadas. 

Esta fue la segunda sesión del Semillero Violeta para la RDPV, como parte de una serie de encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas comparten sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Puedes leer la nota sobre la primera sesión aquí y te invitamos a seguirnos en Instagram y Facebook.

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Autoconfianza, enfoque y valentía, claves para vencer a “la impostora”

(Agosto, 2023.) Validar la sabiduría propia, reconocer las habilidades personales que pueden conectarse con el perfil profesional y replantearse las metas en la vida laboral y personal fueron algunas de las ideas abordadas durante la primera sesión del Semillero Violeta. En este espacio virtual 40 miembras de la Red de Periodistas Venezolanas se inscribieron para conversar sobre “Cómo vencer el síndrome de la impostora”. 

Falta de confianza en las capacidades propias, miedo constante al fracaso o al juicio externo e incluso, en algunos casos baja autoestima, suelen ser los síntomas que las personas padecen. Y pueden llegar a atribuir sus logros a la suerte, al azar o a factores externos, y no a su talento, esfuerzo o mérito.

Luz Mely Reyes y Florencia González Guerra, dos referentes del periodismo latinoamericano compartieron sus experiencias y consejos sobre cómo vencer el síndrome de la impostora, en este espacio de encuentro y formación para mujeres periodistas que quieren potenciar su desarrollo profesional y personal. 

Reyes es una periodista emprendedora, cofundadora y directora de Efecto Cocuyo. Este medio digital independiente se ha convertido en una referencia informativa en medio de la crisis política, social y económica que vive Venezuela. Florencia González Guerra es una profesional mexicana especialista en contenido periodístico que cubre temas de género, ambientales, salud y conflictos urbanos en plataformas transmedia

Ambas coincidieron en que el síndrome de la impostora es un obstáculo que hay que enfrentar para avanzar en el camino profesional y personal. Además de relatar experiencias que han marcado sus carreras, compartieron varias estrategias que les han funcionado para aumentar la seguridad en sí mismas y enfocarse en nuevas metas y proyectos. 

La autoconfianza es clave. Hay que reconocer el valor propio, las fortalezas y las debilidades, para asumir los desafíos con seguridad y determinación. “No hay nadie más capacitada que tú para hacer lo que haces”, dijo Reyes, quien agregó que “no hay una sola forma de ser periodista. Cada una tiene su propia forma de contar historias”.

Además, el perfil profesional no se limita a los títulos académicos o los cargos laborales. Hay muchas habilidades personales que pueden conectarse con la labor periodística, como la creatividad, la empatía o la curiosidad. 

El “síndrome de la impostora” pueda surgir luego de proponerse expectativas irreales o inalcanzables para periodistas de cualquier edad, especialización o ubicación geográfica. Pero es importante replantearse las metas a partir de lo que realmente quiere lograr cada una en su vida laboral y personal. Sin necesidad de compararse con otras personas o con estándares impuestos por la sociedad. Como dijo González Guerra, también videoperiodista y podcaster: “Tenemos que definir nuestro propio éxito”.

Resiliencia, determinación y valentía

Reconocer las habilidades personales, darle valor a los conocimientos y la experiencia que ya tenemos. Hacer que sea el trabajo el que se adapte a nuestra vida, sin dejar de dirigirnos hacia donde queremos perfilar profesionalmente en el futuro. Estas fueron otras de las reflexiones que las invitadas a esta sesión del Semillero Violeta compartieron como estrategias para concebir hoy su labor como periodistas.

Finalmente, la invitación a las participantes fue a ser resilientes y emprendedoras, además de abrazar al reporterismo como un superpoder cuando sea posible. A la vez, tener la capacidad de hacer una pausa en sus carreras cuando sientan que deben ocuparse de trabajar en otra área en sus vidas, porque “el periodismo puede esperar. Siempre va a estar allí”, como expresó Reyes.

Por su parte, González Guerra exhortó a las integrantes de la Red de Periodistas Venezolanas a ser valientes y atreverse a aparecer frente a las cámaras o los micrófonos. Incluso, a pesar del temor a equivocarse, que suele paralizar a muchas por exponerse a las críticas en redes sociales.

“Hay una huella en internet donde hay muchísimos memes o contenido hechos por hombres, a quienes cancelan (en el momento) y luego siguen haciendo lo mismo; no tengamos miedo. Si estamos apegadas a nuestra realidad y esencia, si eso nos da sentido, hay que hacerlo”, afirmó.

Esta fue la primera sesión del Semillero Violeta para la Red de Periodistas Venezolanas, que ha programado una serie de otros encuentros virtuales con panelistas feministas. Más expertas e innovadoras en distintas áreas compartirán sus conocimientos y aprendizajes en eventos tanto abiertos al público como para integrantes de la Red. Si quieres mantenerte informada sobre esta programación, suscríbete al boletín “Buenas Juntas” y síguenos en Instagram y Facebook.

Lecciones del Bootcamp Género en Foco

“Lecciones del Bootcamp Género en Foco”, una guía para potenciar el periodismo feminista e inclusivo

(Caracas, julio 2023). La Red de Periodistas Venezolanas lanzó la guía Lecciones del Bootcamp Género en Foco“, resultado de un evento presencial y virtual que reunió a destacadas periodistas, activistas y expertas de Venezuela y América Latina. 

“Esta guía representa un hito importante en nuestro continuo esfuerzo por promover el periodismo feminista y fomentar una práctica periodística más justa e igualitaria en nuestro país”, aseguró María Laura Chang, cofundadora de esta red que reúne a más de 180 periodistas que laboran en medios locales, nacionales e internacionales. 

Durante tres intensos y gratificantes días, se llevaron a cabo necesarias conversaciones sobre temas claves en el contexto periodístico contemporáneo. El feminismo, la fotografía, la interseccionalidad, el anti-racismo, los derechos sexuales y reproductivos, las luchas indígenas y ambientales, el autocuidado, la trata de personas y la violencia de género, entre otros, se abordaron por parte de diversas expertas y panelistas en un espacio de reflexión y aprendizaje.

Esta iniciativa, organizada por la Red de Periodistas Venezolanas, colectivo fundado en 2020, y promovida por Chevening Awards, a través del Chevening Alumni Programme Fund (CAPF), recibió además el apoyo de importantes aliados como Free Press Unlimited y Embajada de los Países Bajos en Caracas. 

“Reconocemos que aún queda mucho por hacer para lograr que el feminismo y los derechos humanos permeen todas las salas de redacción de nuestro país, pero estamos seguras de que esta guía será un recurso valioso para avanzar en esta dirección”, añadió Estefanía Reyes, cofundadora de la red y exbecaria Chevening. 

La guía “Lecciones del Bootcamp Género en Foco“, dirigida a periodistas, comunicadores y todas las personas interesadas en promover la igualdad de género en los medios de comunicación, pueden descargarla de forma gratuita aquí